Mi pequeño Jardín Zen
Todos hemos jugado de pequeños a hacer dibujos en la arena, con piedras, pequeños riachuelos imaginarios. Y éramos felices con ese sencillo juego. Cuando pasan los años esos momentos se quedan atrás y parecen que las sensaciones de entonces no se podrán recuperar. Desde nuestra humilde óptica eso no es así.
Los japoneses, que son gente muy lista, descubrieron hace tiempo la belleza y la serenidad que producían los jardines. Un grupo de piedras, una base de arena y pericia eran suficientes para lograr un remanso de paz en cualquier parte de la vivienda o de la oficina. El tamaño no era lo importante, pues la misma serenidad podía provocar un gran jardín o uno pequeño en una bandeja.
Nuestro objetivo es éste: dar a conocer un divertido juego que ayuda a descargarnos del estrés acumulado durante el día, sintiéndonos niños por unos momentos e intentar conseguir la paz que un verdadero jardín Zen puede dar.
¿Queréis acompañarnos en este camino? ¡Pues, bienvenidos seáis!
3 Comments:
Bueno, mientras dejeis de ponerme la mesa perdida de sal... ;D
Sal? Es arena de las montañas del maestro Fuyitsu...
Un poquito de Fuyitsu es lo que tu necesitas...que te vas a deshidratar, jejejeje...que fresquito se está aquí!!!!
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